Imprenta Ciudad de los Niños: Promotora de las artes gráficas
en Baja California Sur1
Francisco López Gutiérrez2
Para Ramón Orozco Hirales “El
Roca” 3
Por
más de 50 años la imprenta de la
Ciudad de los Niños de La Paz , ha jugado un papel significativo en la
promoción de las artes gráficas en el noroeste de México, particularmente, en
el periodo de los años 60 a
los 80 del siglo pasado. Por ello, es oportuno hacer aquí una breve reseña de
esta paradigmática imprenta -fundada por los misioneros combonianos-, semillero
de gran parte de la comunidad de impresores dedicados a la impresión comercial
y a la producción editorial en el estado de Baja California Sur.
Los inicios
En
1958, el misionero comboniano José Menegotto4 mejor conocido como «el
hermano José» llega a la Ciudad
de los Niños de La Paz
en sustitución del Hno. Arsenio Ferrari y encuentra una prensa mecánica tipo
Chandler la cual había llegado al entonces Territorio Sur de Baja California en
1907; misma que había sido donada a la institución, por una familia de la
sociedad paceña, como fierro viejo: acompañada con cajas (chivalets) de tipo de
metal revueltos de diferentes tamaños y unos separadores de madera y aluminio
llamadas garnituras.
Inmediatamente
el Hno. José se da a la tarea de ubicar la prensa Chandler en uno de los
salones del internado: La limpia y acondiciona mecánicamente mediante un motor
eléctrico y una polea y habilita un par de mesas de trabajo e invita a varios
niños internos y externos si les gustaría «formar nombres» con los tipos de
metal y a manejar la máquina. La mayoría se interesa en el nuevo oficio y surge
así la primera Escuela Taller de Imprenta en Baja California Sur. Este hecho
marca un hito en la formación de recursos humanos, jóvenes, en un nuevo campo
de trabajo técnico en Sudcalifornia: la impresión comercial y posteriormente en
la producción editorial
Naturalmente
que el más contento por la fundación del taller de imprenta fue el padre Carlos
Toncini†, rector de la Ciudad
de los Niños, ya que en pocos meses aquí se empiezan a imprimir los primeros
volantes y folletos internos que él necesitaba para anunciar la misa del
domingo, con su respectiva kermés en el atrio del Santuario de Guadalupe de
nuestra ciudad capital.
Ramón Orozco Hirales uno de los
primeros linotipistas sudcalifornianos
Así,
la escuela taller de imprenta Ciudad de los Niños se va consolidando bajo la
coordinación del Hno. José y la ayuda de algunos jóvenes externos, como Raúl
Gómez†, Jesús Vergara Torres, Ramón Orozco Hirales, Federico Álvarez Flores,
Luis Barbosa, Manuel Salgado Geraldo, José Jorge Higuera Amador† y Miguel
Hernández Ceseña. De igual forma y con la ayuda fundamental de los internos más
grandes, quienes se convertían en instructores de los pequeños aprendices; por
todo ello, en pocos años, la imprenta ofrece profesionalmente sus servicios de
impresión comercial al sector público como privado del territorio; convirtiéndose
rápidamente así en el motor vital y económico de esta noble institución. Por
otro lado, Fermín Castro Cota y Raúl Ortega Domínguez «El Pilucho»
contribuyeron fielmente en el apoyo del crecimiento de la imprenta en el rubro
de entrega y cobranza de trabajos y mantenimiento, respectivamente.
Cabe
mencionar que por aquél entonces las distintas dependencias gubernamentales y
los empresarios locales y regionales favorecían a la imprenta de la Ciudad de los Niños con
órdenes de trabajo de muy considerable tiraje, lo que fortaleció al recambio
natural del equipo de maquinaria de impresión. Por ejemplo, la composición de
tipos a mano para la impresión de esquelas y tarjetas de navidad fue sustituida
por una linotipo cuyo mecanismo se basaba en utilizar metal fundido -aleación
de plomo, estaño y actinio- el cual era depositado en una matriz de tipos
accionados mediante un teclado mecánico.
Uno
de los primeros linotipistas en el territorio está aquí con nosotros: El Sr.
Ramón Orozco Hirales, «El Roca». Así se
unía, como nueva generación de linotipistas, a Pedro Estrada, Pedro Alfaro,
Jesús Montaño y Luis Barbosa que trabajaban en los periódicos Ultimas Noticias
y El Sudcaliforniano, respectivamente
Al
contar con una máquina linotipo al mando de «El Roca» y prensas automáticas
Heidelberg, cuyo primer operario fue Francisco Cota; entonces se estaba ya en
condiciones de responder a la necesidad de edición de proyectos editoriales de
entidades del noroeste. Por esta época aquí se imprimió el libro Tras las
huellas del valle de El Fuerte, Sinaloa y otros folletos de información
turística de Mazatlán y Guadalajara. Consecuentemente, se pudo atender a
creadores y escritores locales como Jesús Castro Agúndez, Leonardo Reyes Silva,
Armando Trasviña Taylor, Francisco Javier Carballo, entre otros, quienes
confiaron en la Imprenta
de la Ciudad
de los Niños como casa impresora y editora de sus obras.
El misionero comboniano, Bernardo
Becchio, constructor de la primera cámara de fotomecánica en Sudcalifornia
Otro
paso fundamental ocurrido en el crecimiento de la imprenta de la Ciudad de los niños fue
cuando las primeras máquinas offset llegaron a revolucionar la productividad de
esta imprenta sustituyendo, en gran parte, el trabajo manual de los jóvenes
impresores internos. Sin embargo, para poder dar este salto de calidad y
eficiencia se requería contar con los insumos y equipo necesario que la nueva
tecnología de impresión requería. Una de ellas era contar con los recursos
materiales y humanos cualificados en fotomecánica.
El
P. Bernardo era para mí como un profesor alemán: No muy alto de uno setenta y
cinco, aproximadamente, pero de complexión fuerte: de brazos y manos gruesas metódico
y trabajador, serio, siempre serio con lentes cristalinos color agua marina y
de marco negro. Con una afición innata a la fotografía. Él fue quien ideó y
fabricó con sus propios recursos la primera cámara de fotomecánica en la
imprenta de la Ciudad
de los Niños y por tanto en el Territorio.
Tal
proceso de construcción llevó cerca de un año: Primero construyó en el fondo de
la imprenta -ya para entonces ampliada-, en el rincón de la derecha, un pequeño
cuarto oscuro de 3m de largo por 2m ancho y 3m de alto, con una ventana de un
metro cuadrado viendo hacia la imprenta y una puerta de acceso por el lado
izquierdo. Mientras se adaptaba una tarja con sus grifos de agua y un pequeño
estante en el interior, mandó construir -en el taller de herrería de la propia
Ciudad de los Niños- unos rieles de fierro de 3m de largo por 1:00m de alto
sostenido este por 3 pares de patas del mismo material.
Luego
consiguió de una familia paceña una aspiradora usada y la conectó al centro de
una de las caras de una cámara hueca y sellada por los perfiles de afuera, con
forma rectangular de aproximadamente 90cm por cada lado y 05cm de grosor. Con
la particularidad de que toda la superficie de uno de sus lados estaba
perforada por pequeños poros, de tal suerte que cuando se encendía la
aspiradora hacía vacío en la cámara y succionaba, y así se mantenía la película
adherida a la superficie sensible a la luz para su exposición respectiva. A
esta cámara de succión le implementó un vidrio abatible adyacente sujeto por
bisagras y enmarcado con una escala de proporcionalidad y un centro focal cuya
función era precisamente focalizar, los originales a reproducir.
Una
vez hecho esto, colocó la cámara de succión completa en la ventana hecha ex
profeso para tal fin.
Pudo,
finalmente, adquirir en la
Ciudad de México un lente apropiado; lo montó en la punta de
un fuelle, tipo acordeón, y éste lo unió al marco exterior de la cámara de
succión y a la vez lo sujetó a un gusano sin fin que permitía maniobrar el
lente desde el interior del cuarto oscuro y lograr así el punto de enfoque del
tamaño de impresión requerido desde el original -fotografía, gráfico o dibujo
comercial- sostenido en el porta original situado en la parte distal del riel
en el cual se deslizaba por este pudiéndose colocar a diferente distancia del
lente, dependiendo del grado de magnificación o reducción requerida por la
orden de trabajo.
La
iluminación sobre el original la generaban dos lámparas con tres focos de 250
watts situadas a cada lado de la porta original. La primera cámara de
fotomecánica en Sudcalifornia había sido construida5.
Primera impresión de fotografías en
medio tono en prensas offset
Así,
en la primavera de 1965 con esta cámara de fotomecánica -hecha en casa- y en
este cuarto oscuro se obtuvo el revelado del primer negativo de fotografía en
medio tono, blanco y negro, en el entonces Territorio Sur de Baja California.
Mismo que se trasladó a la placa de aluminio y se reprodujo por primera vez en
prensas offset, con fines comerciales.
La
fotografía era un detalle de la panorámica del balneario El Coromuel tomado de
Sur a Norte desde arriba en la curva de la carretera que comunica al puerto de
Pichilingue. Este hecho constituye un dato importante para los estudiosos
interesados en el desarrollo de las artes gráficas en el estado. El crédito
debe ser para el misionero comboniano Bernardo Becchio, sin lugar a dudas. Ya
que sin la cámara de fotomecánica construida por él, este desarrollo en la
impresión comercial no hubiera sido posible.
Yo
sólo estuve ahí con él ayudándole, divertido, pues me reía cuando después de
mucho hacer notas y cálculos en tiempo de exposición de los negativos y tiempo
de revelado y regulación de la temperatura de la solución de los líquidos -con
pedacitos de hielo- no se registraba el gradiente de tonos y grises requeridos;
era entonces cuando el P. Bernardo, exclamaba en italiano una y otra vez: “oila
mastella!” oila mastella!” Que más o menos significan ¡Carajo! ¡Carajo! Y ¿tú,
Francesco, de que te ríes...? Yo, un púber socarrón, en la penumbra de la luz
roja del cuarto me sonreía en voz, baja, muy baja.
Al
cabo de un año al Padre Bernardo Bechio lo nombraron Provincial de los
misioneros combonianos, tuvo que irse a la Ciudad de México a cumplir con su nueva
responsabilidad. Y, yo su aprendiz, me quedé a cargo del cuarto oscuro a reírme
solo de mi propia ignorancia.
Cabe
hacer notar que de aquí de esta cámara fotomecánica salieron las primeras
placas conteniendo los suplementos fotográficos en blanco y negro del periódico
el Sudcaliforniano -la tripa, decían Carlos Morgan Martínez, su fundador, y
Héctor Villareal-, también, se pudieron imprimir varias revistas de tipo
político-social: como por ejemplo, el folleto Transformación, de la Cámara de Comercio de La Paz ; California Gráfica,
fundada por don Miguel Guzmán Cárdenas y actualmente aun editada por la
periodista Armida Caloca; culturales como EL NORMALISTA, órgano de información
de la sociedad de alumnos normalistas, coordinados por el profesor Eligio Moisés
Coronado; Palestra, del profesor Alfredo Carballo; Airapi, de Epifanio de la
Peña Núñez, entre otras revistas y folletos de esa época.
Cómo
no recordar los libros de Jesús Castro Agúndez: El canto del Caudel, y Patria
Chica, segunda edición; Loreto 70, editado por el movimiento de opinión
política liderado por Félix Alberto Ortega Romero, Alfredo González González,
César Castro, Ildefonso Green Garayzar, Alejandro Domingo Martínez Rodríguez,
Carlos Zaragoza Cota Carrillo y Anselmo Romero, entre otros, redactores del Eco
de California.
Edgardo y Epifanio de la Peña Núñez,
dos talentos naturales
Un
protagonista importante en el trabajo de artes gráficas de aquella época era el
dibujante. Ya que todo era trazado a mano. No existían las computadoras y su
software que todo facilita para el diseño. En este renglón la imprenta de la Ciudad de los Niños estaba
cubierta con dos talentosos dibujantes naturales: Edgardo y Epifanio de la Peña
Núñez, ambos nativos de San Antonio, BCS, y por razones familiares estuvieron
internos por muchos años en esta institución.
Luego,
al correr de los años, se independizaron formando su propia imprenta por
separado. No obstante sus primeros trazos artísticos los iniciaron en esta
imprenta y los podemos encontrar en diversos retratos al lápiz y al carbón; en
las viñetas de libros, poemarios, revistas y folletos impresos por aquella
gloriosa época. Entre otros galardones a Edgardo de la Peña , se debe el logo de la Universidad de Baja
California Sur y fue ganador de varios concursos de dibujo y pintura a nivel
nacional.
Edgardo
se convirtió en instructor de dibujo de jóvenes como Francisco Lozano, Gerardo
Villegas, Alejandro Gutiérrez Liera y Manuel Orozco Hirales. Siguiendo la tónica formativa del
Hno. José.
Sirva
este espacio para reconocer el rol que ha jugado a lo largo de más de cinco
décadas este Taller Escuela de Imprenta Ciudad de los Niños, y a vuelo de pluma
puedo señalar en esta ocasión a las siguientes imprentas establecidas a lo
largo y ancho de la entidad:
Impresora
Edgardo (con sucursales en Cabo San Lucas), creada por Edgardo de la Peña
Núñez; Imprenta Gutenberg, de Epifanio de la Peña Núñez; Imprenta La Paz , de Heriberto Corral; Imprenta
Garmi, de Cristino Miranda Núñez; Imprenta Gardea, de José Luis Gardea;
Imprenta Collage de Pablo García Gutiérrez; Imprenta Israel, de Emeterio Orozco
Hirales; Imprenta Luna(con sucursal en
Guerrero Negro), de Juan Manuel Cantera Luna y Fernando Alfaro; Imprenta
D´Marco, de Marco Antonio Quiroz Razo, ubicada en Cabo San Lucas.
Todos estos exitosos empresarios -y
los que involuntariamente omito por mi mala memoria-, fueron formados en el
ramo de las artes graficas en la Imprenta Ciudad de los Niños, por los misioneros
combonianos: Hno. José Menegotto, P. Bernardo Becchio y Hno. José Samboni de
feliz memoria ya en el imaginario de gran parte de la comunidad de impresores
sudcalifornianos.
La presencia en la entidad -en
plenitud- de los misioneros combonianos (1948 a 1976) es de un significado cultural
innegable: necesariamente, se debe empezar a rescatar su obra y ponderarla en
el contexto orgánico regional. Qué fortuna haber sido parte de esta historia
hecha de letras en papel con olor a tinta fresca.
Fuente
y Notas
1LÓPEZ
GUTIÉRREZ, FRANCISCO, 2002, Un recuento histórico preliminar. 50 Aniversario
(1952-2002). Ciudad de los Niños y Niñas de La Paz , AC.
2Profesor-Investigador,
Responsable del Archivo Histórico Gilberto Ibarra Rivera de la Benemérita Escuela
Normal “Profr. Domingo Carballo Félix”
3 “El
Roca.” La imprenta de la Ciudad
de los Niños es como una higuera silvestre. Ramón Orozco Hirales es la Roca en donde esta higuera vive. En aquél 1963,
nunca me imaginé que el niño larguirucho, torpe y frágil fuera a mostrar, al
correr de los años, tanta fortaleza y lealtad hacia su trabajo. ¡Reacciona!, ¡Reacciona!,
¡pareces una roca! Le gritábamos los más atrevidos en la imprenta. He ahí el
origen de su primer y segundo sobrenombre: “El Reacciona” y “El Roca”. El
segundo ha prevalecido, felizmente, por 50 años. Durante estos cincuenta años
la imprenta ha sorteado muchas dificultades pero, me atrevo a afirmar, siempre
ha tenido al alcance de sus raíces una Roca, “El Roca”, en donde asirse. Por lo
menos 7 prósperas imprentas han sido fundadas en La Paz por jóvenes formados a la
sombra protectora de Ramón Orozco Hirales, sin embargo, él se mantiene fiel a su
misión, el de mantener viva su Imprenta de la Ciudad de los Niños. Gracias, Roca, por darnos
ese ejemplo de esfuerzo y lealtad a lo largo de 54 años.
4Cronologìa
del Hno. José Menegotto
*En 1950 José Menegotto misionero
comboniano llega a la península de Baja California.
*De 1950 a 1955 trabaja en la
región del Triunfo y San Antonio con el Padre Carlos Toncini.
*De 1956 a 1957 trabaja en el
seminario Comboniano de la
Ciudad de México.
*En 1958 regresa a Baja California
Sur y funda la Escuela
Taller de Imprenta en la Ciudad de Los Niños de La Paz ,
*En 1962 conjuntamente con el Padre
Carlos Toncini inicia la Ciudad
de las Niñas.
*En 1964 participa activamente al
lado del Padre Carlos Toncini en la fundación de la Colina de la Cruz.
*En 1979 sale de Baja California,
después de que la
Prefectura Apostólica de La Paz fue entregada a la Diócesis de La Paz.
*La presencia de los misioneros
combonianos, a la cual el Hno. José Menegotto pertenece, es de un
extraordinario significado cultural para la sociedad sudcaliforniana y
necesariamente, se debe colocar en el contexto orgánico regional.
*En los primeros años de trabajo los
Misioneros Combonianos estuvieron colaborando con los Misioneros del Espíritu
Santo, atendiendo la parte sur de la península, mientras que ellos lo hacían en
la parte norte. Por ejemplo, la región del Triunfo y San Antonio fue atendida por
el Padre Carlos Toncini y el Hermano José Menegotto.
5Nota:
Tengo entendido que la cámara esta aún en funciones en la Imprenta Israel ,
propiedad de Emeterio Orozco Hirales,
quien se formó como impresor en la
Imprenta de la
Ciudad de los Niños.
Lista de Impresores con 30 y más
años de Servicio, que conocí como trabajadores en distintas épocas en la Imprenta Ciudad de
los Niños
Alejandro
Gutiérrez Liera
Alfredo
Carballo Cota
Arturo
González
Casimiro
Gardea Orozco
Cristino
Miranda Núñez
Edgardo
de La Peña Núñez
Emeterio
Orozco Hirales
Epifanio
de La Peña Núñez
Federico
Álvarez Flores
Fermín
Castro Cota
Fernando
Alfaro
Francisco
Lozano
Gerardo
Villegas
Héctor
Ojeda Segura
Heriberto
Corral
Jesús
Montaño
Jesús
Nápoles Avelar†
Jesús
Vergara Torres
Jorge
Ojeda Segura
José
Arturo Muñoz Padilla
José
Domingo Escalante
José
Jorge Higuera Amador†
José
Luis Gardea Orozco
José
Ramón Jiménez Rosas
José
Santos Cota
Juan
Manuel Cantera Luna
Luis
Barbosa
Manuel
Salgado Geraldo,
Marco
Antonio Quiroz Razo
Miguel
Hernández Ceseña
Pablo
García Gutiérrez
Rafael
Jiménez Rosas
Ramón
Orozco Hirales
Raúl
Gómez†
Raúl
Ortega Domínguez